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Diploma Superior en Constructivismo y Educación-5

FLACSO-Diploma Superior en Constructivismo y Educación


MULTIPERSPECTIVAS Y FRAGMENTACION EN CIENCIAS SOCIALES.

La cuestión de las nuevas corrientes historiográficas – narración, microhistoria, historia oral- presentadas por el profesor Lorenz, me interesó, pues mas allá de la polémica disciplinar, aparece como una zona potencial en la enseñanza de las Cs. Sociales en la actualidad.
Recurro a una imagen mental, un torbellino con aristas que salen e ingresan nuevamente, como la imagen de un huracán. En el ojo, aparece el debate académico que produce desplazamientos de las nuevas corrientes hacia fuera.  En primer lugar la narración y el relato histórico que vuelve a aparecer en la “historia oral”, que a su vez se alimenta con la idea de una historia reciente. Esta al mismo tiempo se pone en contacto con la oposición “historia-memoria” que al volver al seno de la discusión reaparece como construcción de identidad...
 Esta retroalimentación académica no queda aislada  - o al menos no debería-, se refleja en la enseñanza de las Cs. Sociales, en la escuela. Si las visiones totalizadoras están en crisis, debemos decidir que y como queremos enseñar. Pero, ¿Cómo lograr un modelo de enseñanza-aprendizaje de un saber que se va complejizando y modificando permanentemente? Quizás a partir de estas nuevas visiones podremos brindar los “materiales adecuados” para que el adolescente construya conceptos y contenidos “sociales”. ¿Nos acercaríamos un poco más a la propuesta del Profesor Carretero de arribar a un modelo constructivista de enseñanza?
En este trabajo trataré de describir como los debates internos de las Ciencias Sociales pueden conmocionar no solo el ámbito académico, sino además desarrollarse en la escuela como potencial para la construcción de conceptos en el aula. Presentaré, primero, una brevísima síntesis sobre el debate “narración y relato histórico” y como reaparece la historia oral en el ámbito académico, además revisare el concepto de globalización como elemento nuevo a reconocer. En segundo lugar, comentare como cada una de ellas puede aparecer en el ámbito escolar y cual es su potencial para la construcción de contenidos sociales.

EL DEBATE DE LA NARRACION:
Repasemos brevemente algunas cuestiones. A partir del giro lingüístico, aparece la discusión de la narración o relato histórico en el centro de la escena. Como explica Lorenz, “hay un retorno a los viejos métodos descriptivos”[1] se produce un desplazamiento del contexto al individuo. Algunos historiadores comienzan a sentir la necesidad de trabajar con narraciones y relatos. Stone explica este fenómeno adjudicándolo a un desencanto frente a las posibilidades de un  cambio social a partir del análisis histórico. Pero este autor pretende dos opciones a las que los historiadores deben acogerse. Para él, “la narrativa se entiende como la organización de cierto material según una secuencia ordenada cronológicamente y como la disposición del contenido dentro de un relato único y coherente, si bien cabe la posibilidad de encontrar vertientes secundarias dentro de la trama”[2]. Así la historia narrativa es descriptiva, se ocupa de lo particular y especifico mas que de lo colectivo.
Hosbwan responde con su ejemplo de microscopio-telescopio, aclarando que se trata de estrategias, y agrega que “los experimentos de esta clase son especialmente necesarios para la parte de la Historia que no puede subsumirse bajo el epígrafe de análisis y que Stone mas bien deja de lado, a saber: la síntesis.”[3]. Para él no suplanta, sino que complementa con (la narrativa) el análisis de estructuras y tendencias socioeconómicas.
En el caso de Burke, no es necesario plantear una dicotomía; por el contrario necesitamos tanto el análisis como la narración.
Cree, Chartier, que “la historia es siempre relato, aun cuando pretende evacuar lo narrativo y su modo de comprensión siga siendo tributario de los procedimientos y operaciones que aseguran la intriga de las acciones representadas”[4], ambas vertientes confluyen para encontrarse con el conocimiento histórico. El debate sobre esta cuestión es mucho más rico y profundo, pero como aclare al principio pretendo establecer solo una síntesis de las discusiones surgidas en el campo académico y no desarrollar el tema.

HISTORIA ORAL:
Ya desde Herodoto, y también los cronistas medievales utilizaron esta forma de hacer historia, luego cayó en desuso y en desgracia a lo largo del siglo XIX. “La revalorizacion de las fuentes orales fue consecuencia de (…) la recuperación por parte de los historiadores de la metodología de la “historia de vida.”[5]. La historia oral es una técnica…”entrevista de testigos participantes en los hechos del pasado con el propósito de la reconstrucción histórica.”[6]. Su riqueza reside no solo en lo que el sujeto relata sino en lo que creyó haber hecho y lo que deseo hacer, como aclara Portelli[7]. Aquí el centro esta en las memorias individuales y su relación con las construcciones colectivas.

 HISTRORIA ORAL, HISTORIA RECIENTE Y MEMORIA:
“La historial oral coloca en primer plano la relevancia de las memorias colectivas, y por tanto, el papel de los sujetos en la construcción de los relatos históricos.”[8]  La memoria es un fenómeno siempre actual, se retroalimenta con la Historia.  Lorenz pone de relieve  dos casos particulares: la dictadura en Argentina y la guerra de Malvinas, y muestra como en ambos temas se mezclan evocaciones, imágenes, sentimientos. Si no superamos esta etapa “conmemorativa” no arribaremos a la comprensión, y esta posibilidad la da la reflexión sobre el contexto histórico, “devolverles historicidad a esos valores, tornarlos comprensibles.”[9] El ejemplo de El arco inconcluso es maravilloso, demuestra la necesidad de contextualizar para lograr conceptualizar.
En este punto, podemos volver atrás para ver las críticas que se realizan a la historia oral. En las entrevistas lo que prima es la evocación, la memoria que no existe por fuera de los individuos, pero los historiadores saben que esta condicionada por una situación social que genera ese recuerdo. La memoria se transforma en un hecho colectivo, y es allí donde el historiador puede trabajar con ella y utilizarla como fuente. Permite rescatar los “olvidos” oficiales, trae nuevamente a debate los “silencios”, como nos sugiere Schmucler, H., “La historia de la Argentina en estos veinte años se ha sostenido sobre dos intenciones de olvido, sobre dos silencios: los desaparecidos (…) y la derrota en la guerra de las Malvinas.”[10] La relación memoria-historia ha sido analizada por muchísimos autores, tratando de ver cual era la representación social que generaba esa rivalidad. 
LA GLOBALIZACION COMO EJEMPLO DE FRAGMENTACION:
Las disciplinas de las Cs. Sociales se han visto convulsionadas por los debates historiográficos, pero no solamente por ellos. En el seno de las mismas,  la aparición del concepto de globalización ha promovido discusiones y diferentes posturas.
Como dice Kriger, “La globalización suma a esta crisis la necesidad de redefinir aspectos centrales de las teorías y, en algunos casos, hasta el propio objeto de estudio de las disciplinas.”[11] Esta situación redefine los marcos en los cuales se manifiestan los fenómenos sociales, es un desafío para repensar instrumentos teóricos que puedan conceptualizarla.
 Como dice García Canclini, “lo fragmentario es un rasgo estructural de los procesos globalizadotes.”[12], tal vez todo el movimiento disciplinar se ve convulsionado pues necesita buscar nuevos enfoques para comprender el pasado-presente.
Entre los rasgos de la globalización –que menciona Kriger- la resignificación de “la dimensión cultural y de las narraciones, y los imaginarios sociales y ciudadanos a escala global (…) introduce el problema de la interculturalidad.”[13] Rasgos de diversidad que no pueden ser aprehendidos con un solo discurso, unívoco; que necesitan de enfoques y estrategias originales para lograr captarlos en su totalidad.

DESAFIOS EN LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS SOCIALES:
Como dije en la introducción, me interesaba ver como estos debates y conceptos nuevos intervenían en la enseñanza. La correlación entre la renovación del conocimiento erudito de una disciplina y el modo de enseñanza de la misma, se da por las sucesivas mediaciones que conocemos como transposición didáctica; pero como sabemos este no es un proceso automático, mecánico, y como dije al principio debemos decidir que y como queremos transmitir ese conocimiento. Propuse en la introducción, capitalizar las renovaciones disciplinares como herramientas que puedan ser portadoras de sentido en la enseñanza de las Ciencias Sociales.
Comencemos por la narración. “… resulta ser un sistema efectivo de producción de significados discursivos mediante el cual puede enseñarse a las personas a vivir una relación característicamente imaginaria con sus condiciones de vida reales.”[14] Lo interesante seria dejar las narraciones tradicionales y volcarnos a las narraciones explicativas, crear espacios para reflexionar sobre construcciones sociales; descubrir que lo que se esta aprendiendo-enseñando también tiene temporalidad y esta sujeto a cambios. Desde otro lugar, la multiperspectividad en el tratamiento de temas sociales es central para desarrollar un pensamiento independiente en los alumnos. La riqueza de los relatos con actores sociales diferentes, que cuentan historias distintas, los posiciona o sitúa desde otras miradas.
Volviendo a Stone, la vuelta al relato que nos propone, no es descriptiva sino que recupera la centralidad del sujeto ordinario con problemas actuales como la violencia, el trabajo, la represión, etc.  La “historia en migajas” –como dicen sus críticos- acerca mas a los alumnos a una historia social, cultural, donde hay personas que construyen y/o producen e proceso histórico.
El lugar de la historia oral en el aula. Presenta cuatro desafíos, según Schwarzstein:[15]  primero, la falta de interés de los alumnos, que según esta autora, se debe a la dificultad de entender su realidad como parte de un proceso histórico-social; segundo, la necesidad de enseñar una historia con protagonistas, mas inclusiva; tercero, la adquisición de capacidades -por parte de los alumnos- como la indagación y el análisis; y por ultimo, promover actividades que fortalezcan la formación de una ciudadanía democrática. Lo interesante del testimonio oral es que constituye una fuente que puede ser creada por los alumnos como entrevistadores. Este es un aspecto muy positivo, pues compromete al alumno;  pero como bien señala Lorenz[16] : “esta noción de pasado construido” tiene sus inconvenientes en la veracidad de las fuentes, son fuentes cualitativas. Portelli cree que en realidad esta es una ventaja, pues no solo “nos dicen lo que hizo la gente sino lo que deseaba hacer.” Y a los docentes nos permite jugar con el tema de la verdad, salir de la idea muy instalada por cierto, de que lo que esta escrito o lo que dice el docente “es la única verdad”.
Como dice Schwarzstein: “(…) es la mejor garantía contra una transmisión dogmática y autoritaria de una única versión del pasado.”[17] Para entender Ciencias Sociales es necesario contar con la capacidad de formular preguntas y de establecer pruebas que respondan a las mismas; esto puede lograrse comparando narraciones de distinta índole.
Otro beneficio es que la historia oral trabaja con la historia reciente, la que mas se ha dejado de lado en el ámbito escolar –ya sea por falta de tiempo y la extensión del programa, ya sea por desidia.-.
Con respecto a la globalización, las tendencias y contratendencias que han surgido alrededor de este fenómeno se reflejan en las propuestas de los nuevos diseños curriculares que toman diversos pares de opuestos para lograr una conceptualización mas acabada[18]. Se propone en los documentos trabajar con pares de opuestos como ejes organizadores de la tarea en el aula. Por ejemplo: Identidad/Alteridad, Interrelación/Comunicación, Similitud/Diferencia, Conflicto/Acuerdo, Continuidad/ Cambio, Conflicto de valores y creencias.
La dificultad reside en conciliar “los objetivos disciplinares y societales (…) con un sistema de valores global y con el respeto a las reivindicaciones de nuevas y viejas minorías que proponen “otras historias.”[19]  Sin entrar en la cuestión de la legitimación escuela-Estado, vemos que las Ciencias Sociales deben buscar caminos lo suficientemente amplios y abiertos para contener las identidades locales y globales. La inclusión del multiculturalismo nos obliga a revisar la Historia y confrontarla con las otras historias. Aquí, el lugar de herramientas como la historia oral o la historia de vida, seria riquísimo y nos permitirían  abordar el tema de la memoria-olvido.
Siguiendo a Harvey,”el gran desafío del siglo XXI es la construcción de una Geografía que respete la diferencia y que desde lo distinto y la particularidad local, construya sentido de manera amplia e inclusiva, orientando la definición y construcción de un ambiente natural, social y político donde todos quieran vivir.”[20]

CONCLUSIONES
Comienzo con una cita de los profesores Carretero y Kriger: “Tomar parte de la discusión acerca de la educación y la enseñanza de la Historia, implica la decisión de abismarnos al vértigo fascinante de antiguos precipicios.”[21]  Creo, sin poder igualar semejante frase y elocuencia, que enseñar Ciencias Sociales es un desafío. En este “vértigo fascinante” los docentes podemos “correr el riesgo” de usar la potencialidad de las discusiones y debates que se presentan a nivel académico. Algunos autores, como de Aménzola, consideran que primero hay que ahondar en la formación filosófica de los alumnos o sumar elementos de la critica literaria para poder utilizar el relato histórico  –ya sea en forma narrativa u oral-; sin embargo, reconoce que “lo literario puede tratarse con menos prejuicios para estudiar historia en la escuela.”[22]
Utilizar fuentes de diverso origen es beneficioso para los alumnos, la posibilidad de interactuar con variedad y multiplicidad de textos les permitirá entender y conocer más fácilmente otros nuevos. Así que además de proponer narraciones históricas podemos ofrecer relatos con contenido histórico. En caso de tomar esta decisión deberíamos, por supuesto, tener muy claro como vamos a realizar el trabajo de análisis de esa fuente, como nos será útil ese texto para interpelar la realidad. Stone nos sugiere que hay un “deseo por parte de los lectores que sin ser expertos en la materia están ávidos por aprender”[23]  y eso deberíamos  explotarlo.
Con respecto a la historia oral, me parece interesante el compromiso que genera la entrevista como técnica básica, en el alumno;  hay un plus actitudinal de sensibilización, de acercamiento a otras realidades y/o contextos que los rodean. De todos modos, debemos recordar las recomendaciones de Portelli  -ya señaladas mas arriba-, y tener presente que la intervención del docente es decisiva a la hora de confrontar fuentes cualitativas con otros documentos, si nuestro objetivo es que se logre un verdadero acercamiento al tema que se esta tratando.
Tomemos los caminos que queramos, lo fundamental seria apuntar a la posibilidad de que nuestros alumnos alcancen la capacidad de construcción de conceptos “sociales”, que puedan cuestionar y reflexionar sobre los saberes académicos y escolares.
Como nos propone Lorenz: podamos utilizar “vías alternativas de acercamiento al pasado: la literatura, el cine, las historietas y sobre todo (…) los recuerdos personales.”[24]  teniendo en claro que la abundancia de fuentes puede hacernos trastabillar y dejarnos atrapados en lo anecdótico;  y que al fin “es la pregunta del historiador lo que la constituye en una fuente.”[25]
Para terminar, considero que los docentes deberíamos animarnos, aventurarnos, permitirnos jugar con la potencialidad que se abre ante nosotros; tomando los recaudos necesarios, supongo que nuestros alumnos tienen que verse beneficiados.

BIBLIOGRAFIA:
-          Burke, Peter (1999), “Formas de Historia cultural”, Madrid, Alianza; Cap. 3 “La Historia como memoria colectiva”.
-          Burke, Peter (1994), “Historia de los acontecimientos y renacimiento de la narración”, en Burke y otros, “Formas de hacer Historia”, Madrid, Alianza.
-          Chartier, Roger (1999), “La Historia o el relato verídico”, en “El mundo como representación”, Barcelona, Gedisa.
-          de Aménzola, Gonzalo (1997), “La historia y las historias: los discursos y las palabras; la narración y los cuentos”,  en Versiones, pp. 28-36.
-          Hobsbawn, Eric (1998), “Sobre el renacer de la narrativa”, en Hobsbawn, “Sobre la Historia”, Barcelona, Crítica.
-          Fritzsche, G., Kohan, G. y Vio, M. (2002), “Globalización. Trayectoria del proceso y del concepto en América Latina, trabajo final para el Seminario: “Las Ciencias Sociales en América Latina” (Profesor M. A. Garreton), Doctorado en Cs. Sociales, FLACSO-Argentina.
-          Kriger, Miriam (2006), Clase 8: “Globalización y Ciencias Sociales”, Bs. As., FLACSO.
-          Lorenz, Federico (2006), Clase 4: “La Historia como ciencia social: ¿mirar a las sociedades o los individuos?”, Bs. As., FLACSO.
-          Lorenz, Federico (2006), Clase 9: “El pasado reciente en Argentina: la gestión de la memoria del proceso entre los jóvenes”, Bs. As., FLACSO.
-          Lorenz, Federico (2004), “La memoria de los historiadores”, en Lucha armada en la Argentina, Año I, Nº 1.
-          Lorenz, Federico (2001), “Memorias de aquel veinticuatro. Las conmemoraciones del golpe militar de 1976”, en Todo es Historia, Nº 404.
-          Lorenz, Federico (2002), “Malvinas, veinte años después”, en Todo es Historia, Nº 417, 6-15.
-          Stone, Lawrence (1986), “El retorno de la narrativa”, en El pasado y el presente, México, Fondo de Cultura Económica.
-          Schwarzstein, Dora (1999), “Una introducción al uso de la Historia oral en el aula”, México, Fondo de Cultura Económica.




[1]Clase 4  “(Lorenz, 2006; pp. 13-14 version Word)”
[2] Stone, L. (1986), “El resurgimiento de la narrativa: reflexiones acerca de una nueva y vieja historia”, en El  pasado y el presente, pp .95
[3] Hobsbawn, E. (1998), “sobre el renacer de la narrativa”, en Sobre la historia, pp. 192
[4] Chartier, R. (1999), “La historia o el relato verídico”, en El mundo como representación, pp. 74
[5] Schwarzstein, D. (1999), “Una introducción al uso de la historia oral en el aula”, pp. 14
[6]  Clase 4 “(Lorenz, 2006; pp. 18 version Word)”
[7] Portelli (1999), en “(Lorenz, 2006; pp. 18 version Word)”
[8] Clase 4 “(Lorenz, 2006; pp. 19 version Word)”
[9] Clase 9 “(Lorenz, 2006, pp. 13 version Word)”
[10] Schmucler, H., en Lorenz (2006),  ” El arco inconcluso”, pp. 6-15, versión Word)”
[11] Clase 8 “(Kriger, 2006; pp. 5, versión Word)”
[12] Garcia Canclini, N., en “(Kriger, 2006; pp. 6, versión Word)”
[13] Clase 8 “(Kriger, 2006;  pp. 7, versión Word)”
[14] de Aménzola, G., (1997), “La historia y las historias: los discursos y las palabras; la narración y los cuentos”, en Versiones, pp. 28-36.
[15] Schwarzstein, D., (1999), pp. 25-26.
[16] Clase 4 “(Lorenz, 2006; pp. 18, versión Word)”
[17] Schwarzstein, D., (1999), pp. 27.
[18] Versión Diseño Curricular- DGEYC, 2006.
[19] Clase 8 “(Kriger, 2006;  pp. 17, versión Word)”.
[20] Harvey, D., en “(Kriger, 2006; versión Word)”.
[21] Carretero y Kriger (2004), “¿Forjar patriotas o educar cosmopolitas?”, pp. 2, versión Word.
[22]de Aménzola, G., (1997),  pp. 28-36.
[23] Stone, L., (1986). 
[24] Clase 4 “(Lorenz, 2006; versión Word)”.
[25] Clase 4 “(Lorenz, 2006; versión Word)”.

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