MULTIPERSPECTIVAS Y FRAGMENTACION EN CIENCIAS SOCIALES.
La cuestión de las nuevas corrientes historiográficas –
narración, microhistoria, historia oral- presentadas por el profesor Lorenz, me
interesó, pues mas allá de la polémica disciplinar, aparece como una zona
potencial en la enseñanza de las Cs. Sociales en la actualidad.
Recurro a una imagen mental, un torbellino con aristas que
salen e ingresan nuevamente, como la imagen de un huracán. En el ojo, aparece
el debate académico que produce desplazamientos de las nuevas corrientes hacia
fuera. En primer lugar la narración y el
relato histórico que vuelve a aparecer en la “historia oral”, que a su vez se alimenta
con la idea de una historia reciente. Esta al mismo tiempo se pone en contacto
con la oposición “historia-memoria” que al volver al seno de la discusión
reaparece como construcción de identidad...
Esta
retroalimentación académica no queda aislada
- o al menos no debería-, se refleja en la enseñanza de las Cs. Sociales,
en la escuela. Si las visiones totalizadoras están en crisis, debemos decidir
que y como queremos enseñar. Pero, ¿Cómo lograr un modelo de
enseñanza-aprendizaje de un saber que se va complejizando y modificando
permanentemente? Quizás a partir de estas nuevas visiones podremos brindar los
“materiales adecuados” para que el adolescente construya conceptos y contenidos
“sociales”. ¿Nos acercaríamos un poco más a la propuesta del Profesor Carretero
de arribar a un modelo constructivista de enseñanza?
En este trabajo trataré de describir como los debates internos
de las Ciencias Sociales pueden conmocionar no solo el ámbito académico, sino además
desarrollarse en la escuela como potencial para la construcción de conceptos en
el aula. Presentaré, primero, una brevísima síntesis sobre el debate “narración
y relato histórico” y como reaparece la historia oral en el ámbito académico, además
revisare el concepto de globalización como elemento nuevo a reconocer. En
segundo lugar, comentare como cada una de ellas puede aparecer en el ámbito
escolar y cual es su potencial para la construcción de contenidos sociales.
EL DEBATE DE LA NARRACION:
Repasemos brevemente algunas cuestiones. A partir del giro lingüístico,
aparece la discusión de la narración o relato histórico en el centro de la
escena. Como explica Lorenz, “hay un retorno a los viejos métodos descriptivos”[1]
se produce un desplazamiento del contexto al individuo. Algunos historiadores
comienzan a sentir la necesidad de trabajar con narraciones y relatos. Stone
explica este fenómeno adjudicándolo a un desencanto frente a las posibilidades
de un cambio social a partir del análisis
histórico. Pero este autor pretende dos opciones a las que los historiadores
deben acogerse. Para él, “la narrativa se entiende como la organización de
cierto material según una secuencia ordenada cronológicamente y como la
disposición del contenido dentro de un relato único y coherente, si bien cabe
la posibilidad de encontrar vertientes secundarias dentro de la trama”[2].
Así la historia narrativa es descriptiva, se ocupa de lo particular y
especifico mas que de lo colectivo.
Hosbwan responde con su ejemplo de microscopio-telescopio,
aclarando que se trata de estrategias, y agrega que “los experimentos de esta
clase son especialmente necesarios para la parte de la Historia que no puede
subsumirse bajo el epígrafe de análisis y que Stone mas bien deja de lado, a
saber: la síntesis.”[3].
Para él no suplanta, sino que complementa con (la narrativa) el análisis de
estructuras y tendencias socioeconómicas.
En el caso de Burke, no es necesario plantear una
dicotomía; por el contrario necesitamos tanto el análisis como la narración.
Cree, Chartier, que “la historia es siempre relato, aun
cuando pretende evacuar lo narrativo y su modo de comprensión siga siendo
tributario de los procedimientos y operaciones que aseguran la intriga de las
acciones representadas”[4],
ambas vertientes confluyen para encontrarse con el conocimiento histórico. El
debate sobre esta cuestión es mucho más rico y profundo, pero como aclare al
principio pretendo establecer solo una síntesis de las discusiones surgidas en
el campo académico y no desarrollar el tema.
HISTORIA ORAL:
Ya desde Herodoto, y también los cronistas medievales
utilizaron esta forma de hacer historia, luego cayó en desuso y en desgracia a
lo largo del siglo XIX. “La revalorizacion de las fuentes orales fue
consecuencia de (…) la recuperación por parte de los historiadores de la
metodología de la “historia de vida.”[5].
La historia oral es una técnica…”entrevista de testigos participantes en los
hechos del pasado con el propósito de la reconstrucción histórica.”[6].
Su riqueza reside no solo en lo que el sujeto relata sino en lo que creyó haber
hecho y lo que deseo hacer, como aclara Portelli[7].
Aquí el centro esta en las memorias individuales y su relación con las
construcciones colectivas.
HISTRORIA ORAL,
HISTORIA RECIENTE Y MEMORIA:
“La historial oral coloca en primer plano la relevancia de
las memorias colectivas, y por tanto, el papel de los sujetos en la construcción
de los relatos históricos.”[8] La memoria es un fenómeno siempre actual, se
retroalimenta con la Historia. Lorenz
pone de relieve dos casos particulares:
la dictadura en Argentina y la guerra de Malvinas, y muestra como en ambos temas
se mezclan evocaciones, imágenes, sentimientos. Si no superamos esta etapa
“conmemorativa” no arribaremos a la comprensión, y esta posibilidad la da la reflexión
sobre el contexto histórico, “devolverles historicidad a esos valores,
tornarlos comprensibles.”[9]
El ejemplo de El arco inconcluso es maravilloso, demuestra la necesidad de
contextualizar para lograr conceptualizar.
En este punto, podemos volver atrás para ver las críticas
que se realizan a la historia oral. En las entrevistas lo que prima es la evocación,
la memoria que no existe por fuera de los individuos, pero los historiadores
saben que esta condicionada por una situación social que genera ese recuerdo.
La memoria se transforma en un hecho colectivo, y es allí donde el historiador
puede trabajar con ella y utilizarla como fuente. Permite rescatar los
“olvidos” oficiales, trae nuevamente a debate los “silencios”, como nos sugiere
Schmucler, H., “La historia de la Argentina en estos veinte años se ha
sostenido sobre dos intenciones de olvido, sobre dos silencios: los
desaparecidos (…) y la derrota en la guerra de las Malvinas.”[10]
La relación memoria-historia ha sido analizada por muchísimos autores, tratando
de ver cual era la representación social que generaba esa rivalidad.
LA GLOBALIZACION COMO EJEMPLO DE FRAGMENTACION:
Las disciplinas de las Cs. Sociales se han visto
convulsionadas por los debates historiográficos, pero no solamente por ellos.
En el seno de las mismas, la aparición
del concepto de globalización ha promovido discusiones y diferentes posturas.
Como dice Kriger, “La globalización suma a esta crisis la
necesidad de redefinir aspectos centrales de las teorías y, en algunos casos,
hasta el propio objeto de estudio de las disciplinas.”[11]
Esta situación redefine los marcos en los cuales se manifiestan los fenómenos
sociales, es un desafío para repensar instrumentos teóricos que puedan
conceptualizarla.
Como dice García
Canclini, “lo fragmentario es un rasgo estructural de los procesos
globalizadotes.”[12], tal
vez todo el movimiento disciplinar se ve convulsionado pues necesita buscar
nuevos enfoques para comprender el pasado-presente.
Entre los rasgos de la globalización –que menciona Kriger-
la resignificación de “la dimensión cultural y de las narraciones, y los
imaginarios sociales y ciudadanos a escala global (…) introduce el problema de
la interculturalidad.”[13]
Rasgos de diversidad que no pueden ser aprehendidos con un solo discurso, unívoco;
que necesitan de enfoques y estrategias originales para lograr captarlos en su
totalidad.
DESAFIOS EN LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DE LAS CIENCIAS
SOCIALES:
Como dije en la introducción, me interesaba ver como estos
debates y conceptos nuevos intervenían en la enseñanza. La correlación entre la
renovación del conocimiento erudito de una disciplina y el modo de enseñanza de
la misma, se da por las sucesivas mediaciones que conocemos como transposición didáctica;
pero como sabemos este no es un proceso automático, mecánico, y como dije al
principio debemos decidir que y como queremos transmitir ese conocimiento.
Propuse en la introducción, capitalizar las renovaciones disciplinares como
herramientas que puedan ser portadoras de sentido en la enseñanza de las
Ciencias Sociales.
Comencemos por la narración. “… resulta ser un sistema
efectivo de producción de significados discursivos mediante el cual puede
enseñarse a las personas a vivir una relación característicamente imaginaria
con sus condiciones de vida reales.”[14]
Lo interesante seria dejar las narraciones tradicionales y volcarnos a las
narraciones explicativas, crear espacios para reflexionar sobre construcciones
sociales; descubrir que lo que se esta aprendiendo-enseñando también tiene
temporalidad y esta sujeto a cambios. Desde otro lugar, la multiperspectividad
en el tratamiento de temas sociales es central para desarrollar un pensamiento
independiente en los alumnos. La riqueza de los relatos con actores sociales
diferentes, que cuentan historias distintas, los posiciona o sitúa desde otras
miradas.
Volviendo a Stone, la vuelta al relato que nos propone, no
es descriptiva sino que recupera la centralidad del sujeto ordinario con
problemas actuales como la violencia, el trabajo, la represión, etc. La “historia en migajas” –como dicen sus críticos-
acerca mas a los alumnos a una historia social, cultural, donde hay personas
que construyen y/o producen e proceso histórico.
El lugar de la historia oral en el aula. Presenta cuatro desafíos,
según Schwarzstein:[15]
primero, la falta de interés de los
alumnos, que según esta autora, se debe a la dificultad de entender su realidad
como parte de un proceso histórico-social; segundo, la necesidad de enseñar una
historia con protagonistas, mas inclusiva; tercero, la adquisición de
capacidades -por parte de los alumnos- como la indagación y el análisis; y por
ultimo, promover actividades que fortalezcan la formación de una ciudadanía
democrática. Lo interesante del testimonio oral es que constituye una fuente
que puede ser creada por los alumnos como entrevistadores. Este es un aspecto
muy positivo, pues compromete al alumno;
pero como bien señala Lorenz[16]
: “esta noción de pasado construido” tiene sus inconvenientes en la veracidad
de las fuentes, son fuentes cualitativas. Portelli cree que en realidad esta es
una ventaja, pues no solo “nos dicen lo que hizo la gente sino lo que deseaba
hacer.” Y a los docentes nos permite jugar con el tema de la verdad, salir de
la idea muy instalada por cierto, de que lo que esta escrito o lo que dice el
docente “es la única verdad”.
Como dice Schwarzstein: “(…) es la mejor garantía contra
una transmisión dogmática y autoritaria de una única versión del pasado.”[17]
Para entender Ciencias Sociales es necesario contar con la capacidad de
formular preguntas y de establecer pruebas que respondan a las mismas; esto
puede lograrse comparando narraciones de distinta índole.
Otro beneficio es que la historia oral trabaja con la
historia reciente, la que mas se ha dejado de lado en el ámbito escolar –ya sea
por falta de tiempo y la extensión del programa, ya sea por desidia.-.
Con respecto a la globalización, las tendencias y
contratendencias que han surgido alrededor de este fenómeno se reflejan en las
propuestas de los nuevos diseños curriculares que toman diversos pares de
opuestos para lograr una conceptualización mas acabada[18].
Se propone en los documentos trabajar con pares de opuestos como ejes
organizadores de la tarea en el aula. Por ejemplo: Identidad/Alteridad, Interrelación/Comunicación,
Similitud/Diferencia, Conflicto/Acuerdo, Continuidad/ Cambio, Conflicto de
valores y creencias.
La dificultad reside en conciliar “los objetivos
disciplinares y societales (…) con un sistema de valores global y con el
respeto a las reivindicaciones de nuevas y viejas minorías que proponen “otras
historias.”[19] Sin entrar en la cuestión de la legitimación
escuela-Estado, vemos que las Ciencias Sociales deben buscar caminos lo
suficientemente amplios y abiertos para contener las identidades locales y
globales. La inclusión del multiculturalismo nos obliga a revisar la Historia y
confrontarla con las otras historias. Aquí, el lugar de herramientas como la
historia oral o la historia de vida, seria riquísimo y nos permitirían abordar el tema de la memoria-olvido.
Siguiendo a Harvey,”el gran desafío del siglo XXI es la
construcción de una Geografía que respete la diferencia y que desde lo distinto
y la particularidad local, construya sentido de manera amplia e inclusiva,
orientando la definición y construcción de un ambiente natural, social y
político donde todos quieran vivir.”[20]
CONCLUSIONES
Comienzo con una cita de los profesores Carretero y Kriger:
“Tomar parte de la discusión acerca de la educación y la enseñanza de la
Historia, implica la decisión de abismarnos al vértigo fascinante de antiguos
precipicios.”[21] Creo, sin poder igualar semejante frase y
elocuencia, que enseñar Ciencias Sociales es un desafío. En este “vértigo
fascinante” los docentes podemos “correr el riesgo” de usar la potencialidad de
las discusiones y debates que se presentan a nivel académico. Algunos autores,
como de Aménzola, consideran que primero hay que ahondar en la formación filosófica
de los alumnos o sumar elementos de la critica literaria para poder utilizar el
relato histórico –ya sea en forma
narrativa u oral-; sin embargo, reconoce que “lo literario puede tratarse con
menos prejuicios para estudiar historia en la escuela.”[22]
Utilizar fuentes de diverso origen es beneficioso para los
alumnos, la posibilidad de interactuar con variedad y multiplicidad de textos
les permitirá entender y conocer más fácilmente otros nuevos. Así que además de
proponer narraciones históricas podemos ofrecer relatos con contenido histórico.
En caso de tomar esta decisión deberíamos, por supuesto, tener muy claro como
vamos a realizar el trabajo de análisis de esa fuente, como nos será útil ese
texto para interpelar la realidad. Stone nos sugiere que hay un “deseo por
parte de los lectores que sin ser expertos en la materia están ávidos por
aprender”[23] y eso deberíamos explotarlo.
Con respecto a la historia oral, me parece interesante el
compromiso que genera la entrevista como técnica básica, en el alumno; hay un plus actitudinal de sensibilización, de
acercamiento a otras realidades y/o contextos que los rodean. De todos modos,
debemos recordar las recomendaciones de Portelli -ya señaladas mas arriba-, y tener presente
que la intervención del docente es decisiva a la hora de confrontar fuentes
cualitativas con otros documentos, si nuestro objetivo es que se logre un
verdadero acercamiento al tema que se esta tratando.
Tomemos los caminos que queramos, lo fundamental seria
apuntar a la posibilidad de que nuestros alumnos alcancen la capacidad de construcción
de conceptos “sociales”, que puedan cuestionar y reflexionar sobre los saberes académicos
y escolares.
Como nos propone Lorenz: podamos utilizar “vías
alternativas de acercamiento al pasado: la literatura, el cine, las historietas
y sobre todo (…) los recuerdos personales.”[24] teniendo en claro que la abundancia de
fuentes puede hacernos trastabillar y dejarnos atrapados en lo anecdótico; y que al fin “es la pregunta del historiador
lo que la constituye en una fuente.”[25]
Para terminar, considero que los docentes deberíamos
animarnos, aventurarnos, permitirnos jugar con la potencialidad que se abre
ante nosotros; tomando los recaudos necesarios, supongo que nuestros alumnos
tienen que verse beneficiados.
BIBLIOGRAFIA:
-
Burke, Peter (1999), “Formas de
Historia cultural”, Madrid, Alianza; Cap. 3 “La Historia como memoria
colectiva”.
-
Burke, Peter (1994), “Historia de
los acontecimientos y renacimiento de la narración”, en Burke y otros, “Formas
de hacer Historia”, Madrid, Alianza.
-
Chartier, Roger (1999), “La
Historia o el relato verídico”, en “El mundo como representación”, Barcelona,
Gedisa.
-
de Aménzola, Gonzalo (1997), “La
historia y las historias: los discursos y las palabras; la narración y los
cuentos”, en Versiones, pp. 28-36.
-
Hobsbawn, Eric (1998), “Sobre el
renacer de la narrativa”, en Hobsbawn, “Sobre la Historia”, Barcelona, Crítica.
-
Fritzsche, G., Kohan, G. y Vio, M.
(2002), “Globalización. Trayectoria del proceso y del concepto en América
Latina, trabajo final para el Seminario: “Las Ciencias Sociales en América
Latina” (Profesor M. A. Garreton), Doctorado en Cs. Sociales, FLACSO-Argentina.
-
Kriger, Miriam (2006), Clase 8:
“Globalización y Ciencias Sociales”, Bs. As., FLACSO.
-
Lorenz, Federico (2006), Clase
4: “La Historia como ciencia social: ¿mirar a las sociedades o los
individuos?”, Bs. As., FLACSO.
-
Lorenz, Federico (2006), Clase
9: “El pasado reciente en Argentina: la gestión de la memoria del proceso entre
los jóvenes”, Bs. As., FLACSO.
-
Lorenz, Federico (2004), “La
memoria de los historiadores”, en Lucha armada en la Argentina, Año I, Nº 1.
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Lorenz, Federico (2001), “Memorias
de aquel veinticuatro. Las conmemoraciones del golpe militar de 1976”, en Todo
es Historia, Nº 404.
-
Lorenz, Federico (2002), “Malvinas,
veinte años después”, en Todo es Historia, Nº 417, 6-15.
-
Stone, Lawrence (1986), “El
retorno de la narrativa”, en El pasado y el presente, México, Fondo de Cultura
Económica.
-
Schwarzstein, Dora (1999), “Una
introducción al uso de la Historia oral en el aula”, México, Fondo de Cultura
Económica.
[1]Clase 4 “(Lorenz, 2006; pp. 13-14 version Word)”
[2] Stone, L. (1986), “El resurgimiento de la narrativa: reflexiones
acerca de una nueva y vieja historia”, en El
pasado y el presente, pp .95
[3] Hobsbawn, E. (1998), “sobre el renacer de la narrativa”, en Sobre la
historia, pp. 192
[4] Chartier, R. (1999), “La historia o el relato verídico”, en El mundo
como representación, pp. 74
[5] Schwarzstein, D. (1999), “Una introducción al uso de la historia oral
en el aula”, pp. 14
[6]
Clase 4 “(Lorenz, 2006; pp. 18 version Word)”
[7] Portelli (1999), en “(Lorenz, 2006; pp.
18 version Word)”
[8] Clase 4 “(Lorenz, 2006; pp. 19
version Word)”
[9] Clase 9 “(Lorenz, 2006, pp. 13
version Word)”
[10] Schmucler, H., en Lorenz (2006),
” El arco inconcluso”, pp. 6-15, versión Word)”
[11] Clase 8 “(Kriger, 2006; pp. 5, versión Word)”
[12] Garcia Canclini, N., en “(Kriger, 2006; pp. 6, versión Word)”
[13] Clase 8 “(Kriger, 2006; pp. 7,
versión Word)”
[14] de Aménzola, G., (1997), “La historia y las historias: los discursos y
las palabras; la narración y los cuentos”, en Versiones, pp. 28-36.
[15] Schwarzstein, D., (1999), pp. 25-26.
[16] Clase 4 “(Lorenz, 2006; pp. 18, versión Word)”
[17] Schwarzstein, D., (1999), pp. 27.
[18] Versión Diseño Curricular- DGEYC, 2006.
[19] Clase 8 “(Kriger, 2006; pp. 17,
versión Word)”.
[20] Harvey, D., en “(Kriger, 2006; versión Word)”.
[21] Carretero y Kriger (2004), “¿Forjar patriotas o educar cosmopolitas?”,
pp. 2, versión Word.
[22]de Aménzola, G., (1997), pp.
28-36.
[23] Stone, L., (1986).
[24] Clase 4 “(Lorenz, 2006; versión Word)”.
[25] Clase 4 “(Lorenz, 2006; versión Word)”.
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